Casi todas las festividades que conocemos hoy en día provienen de la tradición pagana. Unas, de los pueblos que habitaban nuestras tierras y otras de mucho más lejos.
Lo cierto es que la fe cristiana se sirvió de las tradiciones ya establecidas para colocar sus días de homenaje, con el fin de que las celebraciones tuvieran mejor aceptación. Y, por mucho que creas que Halloween es un invento estadounidense, lo cierto es que sus raíces son mucho más profundas.
Antes de negarte a celebrar esta noche de brujas o de todos los santos, debes saber que no tiene nada de yanki.
Sus orígenes se remontan al Samahin celta que ya festejaba el final de la época de las cosechas y el comienzo de un nuevo año hace siglos.
El otoño es el inicio del frío, de los días más cortos, y hace años también era el momento de hacer acopio de víveres y enseres para el invierno que se avecinaba.
Sin televisión, ni tecnología, las familias pasaban mucho tiempo en las casas, reflexionando, leyendo o tejiendo. Y pensaban que ese periodo de introspección era propicio para que la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos se difuminara.
Fue entonces cuando comenzaron a surgir distintas fiestas por toda la geografía estatal. Así podemos encontrar los Magostos, las Castanyadas o el Gaiztanerre eguna. Pero ¿sabías que ya se usaban las calabazas entonces?
Sí, se iluminaban con velas y se cantaba a las ánimas puerta por puerta para que esas almas que quedaron en el purgatorio, pudieran continuar camino.
Ya ves! Los estadounidenses se han apropiado de una tradición que es mucho más antigua que su propio país.
Solo que cuando las personas abandonamos el medio rural y comenzamos a establecernos en las ciudades, fuimos perdiendo de vista el calendario de las cosechas y el arraigo que tenían las tradiciones asociadas.
Y no las recuperamos hasta que volvieron a cruzar el océano en inglés y a ritmo de truco o trato.
Ahora que ya sabes que la noche de todos los santos corre por tu sangre como lo hizo por la de tus ancestros, es hora de que descubras algunas historias, que quizás no conozcas sobre el Barakaldo más terrorífico.
El puente del diablo
Sin cruzar el atlántico ni ir a buscar caserones abandonados fuera de nuestra ciudad, podemos encontrar historias de esas que se van perdiendo con los años, pero que han dado escalofríos a varias generaciones.
Muchos jóvenes no saben que Barakaldo fue hace siglos un lugar de brujas, hechizos y demonios.
De hecho existía un puente de piedra que unía Castrejana con Santa Águeda que tomaba su nombre del barrio barakaldés. Sin embargo, con el tiempo se le apodó Puente del Diablo por la historia que ocurrió a su alrededor.
Cuentan que una joven muchacha vivía a un lado del río y, al otro, se asentaba la casa de un joven. Ambos se gustaban y se visitaban habitualmente, pero entonces no existía puente así que debían saltar, de piedra en piedra, para llegar a la orilla contraria.
Como era de esperar, entre visita y visita, se enamoraron y formalizaron su relación, pero sus familias no les permitieron casarse, por ser demasiado jóvenes.
El joven, entonces, comenzó a dudar de la pureza de su amada y decidió poner tierra de por medio, alistándose en las filas cristianas y partiendo a la guerra. Al saberlo la joven, salió corriendo en su busca pero la alcanzó una tormenta que hizo crecer el río, poniendo en riesgo su vida.
En medio de la riada y con las fuerzas escapándosele, se le apareció un misterioso hombre que le dijo:
“Antes de que el gallo cante, puedo construir un puente para que vadees el río y vayas a buscar a tu amado. A cambio, solo te pido tu alma”.
Desesperada la muchacha aceptó y el desconocido cumplió su promesa, edificando un sólido puente de piedra entre ambas orillas.
Solo faltaba una piedra para completarlo, cuando la joven se dio cuenta de que estaba tratando con el diablo y rezó a la Amatxu de Begoña. Entonces se apareció San José haciendo huir al demonio, al clavar su vara en medio del puente.
Tras esto, el alma de la joven quedó a salvo y pudo reunirse con su amado para jurarse amor eterno en la ermita de Santa Águeda.
Donde habitan las brujas
Existen muchas historias diabólicas, encuentros con Lucifer y pactos satánicos en Barakaldo, pero lo que más se nombra en los textos ancestrales son las moradas de brujas que rodeaban nuestro término municipal.
La bruja del Argalario que se aparecía en el Puente de las Brujas de la Calle Ibarra y que encontró la muerte en su madera, es una de las más conocidas.
Pero, ¿habías oído hablar de que Peñas Blancas era un refugio para akelarres y conjuros de todo tipo?
Las brujas de la zona se albergaban allí para escapar de miradas curiosas y aldeanos enfurecidos que quisieran denunciarlas o cazarlas.
¿No crees en mujeres con escobas y gatos negros?
Pues aún así hay muchas más leyendas asociadas a Barakaldo e historias que ponen la piel de gallina.
Desde el diablo de la cueva de Pozalagua al crimen del pastor de Arnabal, ¿conoces esas leyendas?
Trucos, tratos y muchos regalos
No hace falta que decidas disfrazarte este 31 de Octubre, ni tienes que comprarte toneladas de calabazas para tallarlas.
La noche de todos los santos es, para muchas personas, lo mismo que era para nuestros antepasados: un momento de introspección, de reconciliación con quiénes se fueron, de aceptación de la pérdida.
En ABK es eso, pero también son los disfraces, los caramelos, las risas de los niños, los escaparates decorados y las ganas de celebrar aunque el tiempo no acompañe y los días sean cada vez más cortos.
Por eso, como cada año, tenemos actividades preparadas para Halloween. ¿Cuáles?
- Concurso al escaparate más terroríficamente decorado
- Reparto de caramelos en las tiendas de la ciudad
- Distribución de tarjetas rasca y gana para que, si decides darle una oportunidad a esta Gau Beltza, puedas tener tu premio.
¿Qué nos dices? ¿Te unes este año al truco o trato con ABK?