Decía Jorge Luis Borges, que ‘el verbo leer, como el verbo amar y el soñar, no soporta el modo imperativo’.
Tenía toda la razón. No amamos aquello que se nos impone, ni soñamos con lo que queremos solo porque lo deseemos. Del mismo modo, nadie lee porque le obliguen a hacerlo.
De hecho, cuanto más se trata de convencer a un niño o a un adolescente de que lea, menos lo hará y con menos gusto. ¿Te has dado cuenta?
Entonces se entra en ese círculo vicioso en el que cuanto menos libros lee, más creemos que debemos forzarle y eso provoca que aún lo haga menos.
La cuestión es, si queremos que nuestros hijos disfruten de los beneficios de la literatura pero no podemos ponerles la lectura como tarea obligatoria, ¿cómo convertirlo en hábito?
Puedes sentarte y contarle a tu hijo que en nuestro país un 52% de la población lee un libro a la semana, que su generación es la más lectora de todas, ya que los menores de entre 10 y 18 años copan todos los rankings…O mejor!!
Llévale a comer un helado y enumérale la lista de bondades que un rato de lectura tiene para su cerebro:
¿Crees que después de la charla se irá corriendo a casa a leer lo primero que le caiga en las manos?
No. Sin peros, ni quizás.
La mayoría de los jóvenes no están pensando en la importancia de entrenar su mente, de desarrollar competencias básicas ni en la necesidad de un pensamiento crítico. Y menos aún en verano!!
Lo que quieren es celebrar que han aprobado todo, pasarse el día con sus amigos, ir a la playa, hacer planes divertidos y disfrutar las vacaciones.
Lo mismo que queremos todos. ¿O no?
Entonces, ¿dónde entra ahí la lectura?
Los libros son para el verano
Pues… ¡¡aquí!!
Si lo que tus hijos quieren para estas vacaciones es estar con la cuadrilla y pasárselo bien, el único modo de que la lectura tenga un hueco en su verano es que encaje ahí.
Leer es divertido pero no todo el mundo lo ha descubierto aún. Tanto es así que se cifra en más del 35% la cantidad de españoles que no lee nunca. Nosotros no queremos que, ni tú, ni tus hijos pertenezcáis a este porcentaje.
Por eso, te contamos algunos consejos de nuestros asociados para fomentar la lectura en los adolescentes y niños.
Da ejemplo
Si todo el tiempo que estás con él lo pasas pegado a la tele o al móvil, ¿cómo esperas que no haga lo mismo? Tú eres su referente y debes ser el modelo en el que se refleje.
Encuentra tu novela favorita y comparte tiempo en silencio con tus hijos, inmersos cada uno en sus páginas.
Ofrece libertad
No juzgues nunca el tipo de literatura que elige. Deja que sus gustos le guíen porque a nadie le parece entretenido tener que pasarse horas leyendo algo que le aburre soberanamente (¿te acuerdas de cuándo te obligaban en el cole a leer ‘El Lazarillo’?)
Permite la locura
Leer puede ser una aventura cuando no lo hacemos en el sofá de casa ni en la cama. Lleva los libros a las excursiones familiares, a la playa, a esa escapada a unas colonias. Deja de pensar que el libro se manchará, se mojará o estropeará y dale alas para perderse en la literatura en distintos espacios.
Escúchale
Es más, pregúntale. Deja que te cuente la historia que está leyendo, hazle cuestiones que le obliguen a recordar lo leído, a entender el sentido del libro. Implicarte en el hábito ayudará a consolidarlo.
Si le apetece, deja que os lea en voz alta durante un rato del viaje en coche o mientras cocináis o recogéis la casa.
Premia
Como te hemos comentado antes, leer debe ser un planazo, no una terrible condena que cumplir. Y para eso, lo mejor es dar premios a quienes hayan leído 3 capítulos, 100 páginas o quién acabe y teatralice en familia la historia. No se trata de regalos caros, solo de gestos como elegir la cena del domingo o la peli de la semana.
Juega
Uno de nuestros consejos favoritos es organizar una yincana lectora, con desafíos como inventar finales distintos para cada libro o vestir a alguien de la familia como uno de los personajes de la novela. La imaginación más desbordante… gana!
Libros para tus hijos este verano
Te ha sonado todo de maravilla y, con un poco de suerte, ya te has puesto a preparar las pruebas de la yincana pero vas a necesitar un poquito más de ayuda, ¿verdad?
Uno de los puntos básicos para que tus hijos se enamoren de la lectura es, como te hemos comentado, que sean ellos quienes elijan lo que quieren leer.
Pero ¿y si no tienen ni idea? Si están tan bloqueados y acostumbrados a que otras personas les digan qué pensar, qué leer y cómo hacerlo…
En ese caso, les toca contar con quien mejor le conoce: tú! Es momento de orientar y no, orientar vuelve a no ser obligar, ni imponer, ni mandar.
Orientar es ayudar, guiar, acompañar en el proceso de elección facilitando opciones entre las que la decisión final será siempre del lector.
Nosotros, te hemos preparado algunas lecturas que creemos que pueden hacerle entender que la lectura es divertida, que es un plan con el que evadirse del mundo, con el que viajar sin moverse, con el que sentir sin riesgos.
- ‘Astérix. El reino milenario’
- ‘Los compas y el despertar de la momia’
- ‘Los futbolísimos. El misterio de la casa encantada’
- ‘La maldición de Excalibur’
- ‘La caída del Númenor’ de Tolkien.
- ‘Outpost’ de Glukhovsky
- ‘La sangre inmortal’ de Kagawa
- ‘La lista secreta’ de Morten Ramsland
- ‘3 meses a tu lado’ de Joana Marcús
- ‘Cómo llamarte a gritos’ de Alina Not
- ‘Un destino de ira y fuego’ de Tucker
Ojalá entre ellos esté ese libro que le haga despertar un amor que, una vez descubierto, será eterno. Pero, si aún no está seguro, recuerda que nuestras librerías asociadas serán el cómplice perfecto para ayudarte.